Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior."Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.
Luis Mateo Díez
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