Abrió la bocaza... y se
quedó en el suelo, bobo como un deshollinador. ¿A qué has venido,
gigante? ¡Vete, vete, gigante! ¡Mi Pepín es tan dulce y gentil!
¡Se abraza tan cariñosamente a su mamá, contra el corazón de su
mamaíta! ¡Es tan bueno y tan cariñoso! Sus ojos son tan dulces y
tan claros, que todo el mundo le quiere. Tiene una naricita monísima
y no hace tonterías. Antes corría, gritaba, montaba a caballo. Has
de saber, gigante, que Pepín tenía un caballo, un lindo caballo
grande, con su cola. Pepín monta a
caballo y se va lejos, lejos, al bosque, al río. Y en el río, ¿no
lo sabes, gigante?, hay pececitos. No, tú no lo sabes porque eres un
bruto, pero Pepín sí que lo sabe. ¡Pececitos lindos! El sol
ilumina el agua y los pececitos juegan, ¡tan lindos, tan lindos y
ligeros! ¡Si, gigante bruto, que no sabes nada!...
jueves, 6 de marzo de 2014
EL GIGANTE - LEÓNIDAS ANDRÉIEV
Limpiado y pulido por
Unknown
Ha venido el gigante, el
gigante grande, grande. ¡Tan grande, tan grande! ¡Y tan bobo ese
gigante! Tiene manazas enormes, con dedos muy gruesos, y pies tan
enormes y gruesos como árboles. Muy gordos, muy gordos. ¡Ha venido
y... se ha caldo! ¿Sabes? ¡Se cayó! ¡Tropezó con un peldaño y
se cayó! Es tan bruto el gigante, tan bobo... De repente, va y se
cayó.
martes, 4 de marzo de 2014
A MI HERMANO MIGUEL - CESAR VALLEJO
Limpiado y pulido por
Unknown
Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,
donde nos haces una falta sin fondo.
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que
mamá
nos acariciaba: “Pero hijos…”
Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo
Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.
Oye hermano, no tardes
en salir. ¿Bueno? Puede inquietarse mamá.
Cesar Vallejo
donde nos haces una falta sin fondo.
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que
mamá
nos acariciaba: “Pero hijos…”
Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo
Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.
Oye hermano, no tardes
en salir. ¿Bueno? Puede inquietarse mamá.
Cesar Vallejo
domingo, 2 de marzo de 2014
LA NIÑA DE LA LÁMPARA AZUL - JOSÉ M. EGUREN
Limpiado y pulido por
Unknown
En el pasadizo nebuloso
Cual mágico sueño de Estambul,
Su perfil presenta destelloso
La niña de la lámpara azul.
Ágil y risueña se insinúa
Y su llama seductora brilla,
Tímela en su cabello la garúa
De la playa de la maravilla.
Con voz infantil y melodiosa
Con fresco aroma de abedul,
Habla de una vida milagrosa
La niña de la lámpara azul.
Con calidos ojos de dulzura
Y besos de amor matutino,
Me ofrece la bella criatura
Un mágico y celeste camino.
De encarnación en un derroche,
Hiende lea, vaporoso tul;
Y me guía a través de la noche
La niña de la lámpara azul.
JOSE MARIA EGUREN
Cual mágico sueño de Estambul,
Su perfil presenta destelloso
La niña de la lámpara azul.
Ágil y risueña se insinúa
Y su llama seductora brilla,
Tímela en su cabello la garúa
De la playa de la maravilla.
Con voz infantil y melodiosa
Con fresco aroma de abedul,
Habla de una vida milagrosa
La niña de la lámpara azul.
Con calidos ojos de dulzura
Y besos de amor matutino,
Me ofrece la bella criatura
Un mágico y celeste camino.
De encarnación en un derroche,
Hiende lea, vaporoso tul;
Y me guía a través de la noche
La niña de la lámpara azul.
JOSE MARIA EGUREN
Suscribirse a:
Entradas (Atom)